El sonido de los golpes aporreando la puerta se escuchó por encima del rugido de los altavoces. Por la insistencia de los golpesm supuso que llevarían llamando bastante y que no le quedaba más remedio que apagar la música e ir a abrir.
Todo se quedó tan vacío al pulsar el botón de apagado.
- ¿Qué demonios quieres ahora?
- ¿Realmente esperas que los problemas se vayan con un poco de música?
- A ti no debería importarte.
- Y sin embargo me importa. Supongo que así es la vida. Sin saber por qué un día conoces a alguien y solo quieres abrazarle y no soltarle nunca.
Soldado se quedó pensativo pero ambos siguieron sin moverse del recibidor, como si estuvieran congelados.
- Es... extraño - acabó por decir él.
- Tú eres extraño, antihéroe.
- ¿Y qué quieres, covertirme en el héroe?
- Quiero arreglar las cosas, arreglarte.
Jo espero que esta historia acabe super genial eh ;)
ResponderEliminarMuy bueno como siempre. Un beso :)
Arreglar a las personas no es siempre tan fácil, no siempre basta con querer.
ResponderEliminarM.
Pero nunca está de más intentarlo.
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